En la actualidad, cada vez son más las personas que, a pesar de tener una hipoteca activa, se plantean la posibilidad de adquirir una segunda vivienda junto a su pareja. Ya sea como inversión, para alquilarla, como residencia vacacional o simplemente para cambiar de aires. Pero, ¿es realmente posible llevar a cabo esta operación financiera? ¿Qué implicaciones tiene? A lo largo de este artículo vamos a desglosar los puntos clave de este escenario financiero.
El mundo de las hipotecas puede parecer un tanto complicado, especialmente cuando se pretende tener más de una. Entre balances financieros, tasaciones y acuerdos con el banco, hay mucho que considerar antes de tomar la decisión. Sin embargo, no hay motivo para sentirse abrumado. Con la información adecuada y la asesoría correcta, es posible navegar a través de este proceso sin mayores inconvenientes.
Estrategias para comprar una segunda vivienda teniendo una hipoteca activa
Si estás en situación de tener ya una hipoteca y te planteas adquirir una segunda vivienda, hay varias estrategias que puedes seguir. Cada una tiene sus ventajas y desventajas, por lo que es importante tenerlas todas en cuenta antes de tomar una decisión.
Subrogación de la hipoteca
Una opción a considerar si tienes una hipoteca y quieres comprar otra casa con tu pareja es la subrogación de la hipoteca. Esto implica un cambio en las condiciones del préstamo hipotecario, donde se modifica el titular de la hipoteca. Es una opción interesante si la vivienda que se quiere adquirir tiene un valor similar o inferior a la casa sobre la que ya se tiene una hipoteca.
Cancelación y nueva hipoteca
Otra posibilidad es cancelar la hipoteca actual y abrir una nueva para la segunda vivienda. Esto puede ser especialmente útil si la tasa de interés del nuevo préstamo es más baja que la del anterior. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cancelar una hipoteca trae consigo una serie de gastos, como las comisiones de cancelación anticipada o los gastos notariales.
Ampliación de la hipoteca existente
Por último, si tu situación financiera te lo permite, puedes optar por pedir una ampliación de tu hipoteca actual. Esta es una opción atractiva si el banco te ofrece unas condiciones ventajosas y si la cuantía no supera el 80% del valor de tasación de la primera vivienda.
Factores a tener en cuenta para comprar una segunda vivienda
Antes de lanzarte a la piscina y decidir comprar una segunda casa con tu pareja, debes evaluar cuidadosamente ciertos aspectos que pueden influir en tu decisión.
Tu situación financiera
El primer factor a considerar es, por supuesto, tu situación financiera actual. ¿Tienes ahorrado el 20% del precio de venta de la vivienda? ¿Puedes hacer frente a la cuota hipotecaria sin que suponga un esfuerzo económico excesivo? ¿Tienes estabilidad laboral?
La ubicación de la vivienda
La elección de la ubicación de la segunda vivienda es fundamental. No sólo por cómo te afecte a ti y a tu pareja a nivel personal, sino también por el valor de reventa del inmueble y por el posible retorno de inversión si decides alquilarla.
El mercado inmobiliario
Por último, no debes olvidarte de analizar la situación actual del mercado inmobiliario. ¿Es un buen momento para comprar? ¿Están subiendo o bajando los precios? ¿Cómo está la oferta de viviendas?
Preguntas frecuentes
Algunas dudas y preguntas frecuentes resueltas:
¿Puedo tener dos hipotecas a la vez?
Sí, se puede tener más de una hipoteca a la vez. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los bancos analizarán con lupa tu capacidad de endeudamiento y tu estabilidad laboral.
¿Necesito tener pagada la primera hipoteca para pedir una segunda?
No, no es necesario haber terminado de pagar la primera hipoteca para poder solicitar una segunda. Lo que sí es necesario es demostrar que puedes asumir las cuotas de ambas hipotecas sin problemas.
¿Podría alquilar la segunda vivienda para pagar la hipoteca?
Sí, alquilar la segunda vivienda para obtener ingresos extras es una opción bastante popular entre quienes deciden comprar una segunda casa. Sin embargo, ten en cuenta que los ingresos por alquiler se consideran rendimientos del capital inmobiliario y, por tanto, deben tributar en la declaración de la renta.